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Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Antonio Machado.

domingo, 6 de septiembre de 2009

FALTAN FUERZAS

Baja Moral, baja energía, seriedad, pesar, cansancio, distracción, falta de concentración, sueño, tristeza…
Qué difícil es estar aquí, así, qué difícil es aceptar lo que hay cuando lo que hay es duro, doloroso, pero hoy no tengo fuerzas ni de huir, aunque por momentos pego un respingo como para recolocarme.
No se qué es mejor, si dejarme en la emoción, animarme, transformar los pensamientos en positivos, no pensar, salir, hablar del tema, hablar de otra cosa, callar.
Ahora siento que es algo más grande, algo más allá de él… no lo identifico, no pongo mucho ímpetu tampoco.
Que sea algo más grande, algo mío más allá de él me gusta, me da esperanza, me centra.
Siento desesperanza, no se si se dónde estoy metida, no se si tengo consciencia del alcance de lo insana de mi situación.
No se si es insana, si me estoy haciendo mal, si me estoy engañando, si me estoy escondiendo porque no quiero resolver, porque me da pereza, miedo, me desagrada.
Hoy tengo dudas de si estoy haciendo lo correcto para mí, si no me estoy comportando infantilmente y evitando la situación.
Por otro lado parece justamente lo contrario, precisamente no estoy evitando la situación estoy viviéndola sin irme, sin huir.
Hoy me faltan fuerzas, las dudas me incomodan, me angustian, me vapulean, me pinchan…
Hoy me falta fe.
Solo deseo que sea parte del proceso, una fase más que me acerque a la resolución.
¿Es posible lo que me he propuesto?
Me siento sola, indefensa, perdida…
Hoy todo se me hace un mundo, lo siento pesado, insalvable, me ahogo.
¿Cuánto haré yo para que sea así?, ¿no lo enfoco bien?, ¿no me se salvar?
Hoy me siento perdida en la corriente, sin nadar, no se a dónde, pero incómoda por verme arrastrada en una dirección que no siento que he elegido.
Siento que lo estoy haciendo tan mal, eligiendo tan mal… tan niña, tan poco práctica, tan irresponsable y parece tan obvio para el resto, para el que mira desde fuera que me ahoga la vergüenza.
Ayer sentí mucha vergüenza, que salve con rebeldía y justificaciones, se me movieron los pilares, no iba bien arraigada y todo me afecto mucho. Me comparé, busque qué dar, y solo encontré ruinas, y me las señalaron y me dijeron cómo salir, pero yo no se si quiero salir, me dio vergüenza, me sentí obligada a hacer algo, a claudicar, a darles la razón, sintiendo un hondísimo pesar. No me sentí comprendida, no me sentí acompañada, no sentí soporte. Y como despedida me pidieron que llevara algo construido para la próxima reunión. Me sentí tan juzgada, tan de otro mundo.
Ya iba triste, lenta, pesada, lejana, sin fuerzas…
Siento que pierdo el norte, la zanahoria, el proyecto… me siento desalentada, triste, cansada.
Hoy me faltan fuerzas.
¿Será ahora cuándo más fe deba tener?, ¿cuándo el tirón sea psicológico?, ¿habré llegado al kilómetro 30?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La diferencia entre los que llegan y los que se quedan en el camino, no está en que los primeros no dudan, sino en que perseveran a pesar de ellas.

El que duda y persevera con lo que alcanza, obtiene lo suyo.

Anónimo dijo...

"Que sea algo más grande, algo más allá de él ... " ... ¿será que no es él y sí lo que simboliza? ...

Fritz Perls dijo...

Ay, "él"...

¿Y si él es solamente una tapadera para no tener que enfrentarte a ti misma?

Párate un momento, y otro más, y simplemente, enumera tus miedos.

Luego dite a qué no te quieres enfrentar. Qué fantasías catastróficas te salen en/con/contra los miedos. Qué es eso tan terrible de que te escondes.

No vas a tener una respuesta rápida - sin embargo con eso y un bizcocho, tienes para un rato.

Un bizcocho relleno de fe en la autoregulación organísmica, claro. Aunque no lo veas, tu simplemente piensa que irá llegando. De verdad.

Raquelitis dijo...

Muchas gracias por vuestras relfexiones. Si creo que vislumbro allá a lo lejos lo esencial, que soy yo... voy soltandole aunque lentamente, a mi ritmo...
Saludos.