Algo sobre mi

Mi foto
Spain
Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Antonio Machado.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Hablar hablar y hablar

Sí, no hay otra manera, solo hablando puedo sacar lo que me perturba dentro eso que un día surge, una emoción, una frase, una idea y que necesita que se le de salida porque de otra manera sigue ahí, dentro de mi y va creciendo, se remueve incómoda y me incomoda a mí, incluso duele. Cada día que pasa parece más aterrador el momento en que lo deje salir, ¡se me verá!, ¡me descubriré! y entonces mil rayos caerán del cielo, la tierra retumbará y se abrirá bajo mis pies, entonces todas mis emociones se unirán en un terrible remolino incontrolable y será el peor momento de mi vida.... ni mucho menos.

No me canso de comprobar que cuando me abro, cuando consigo juntar la suficiente valentía para dejar salir lo que tanto necesito decirte siempre me encuentro conque me libero, me encuentro contigo como de ningún otro modo lo consigo, de pronto nada es tan grave, ni tan dramático, ni tan horrible como en mi poética fantasía.
Incluso en las confrontaciones más intensas, con las personas más importantes para mi en ese momento, hablando sobre los temas más aparentemente escabrosos y difíciles surge la magia de lo humano y ¡Chás! de pronto nos convertimos en un ser humano hablando con otro ser humano sobre sus más que dignas necesidades, preocupaciones, torpezas, confusiones y un largo etc...

Y es mágico para mi porque incluso cuando te he tenido delante y me has dicho lo que en mis peores pesadillas sufría imaginando que me dirías, en ese momento tan real, tan puro, tu honestidad me libera, no se cómo, en ese preciso instante es como si me sintiera a mi misma más que nunca y se produce una especie de comunión espiritual conmigo en la que me acompaño de tal manera, me reconforto, me entiendo, me sostengo tan instintivamente que... no se acaba el mundo... ni mucho menos.

Aunque eso si, cada vez que me encuentro de nuevo en la encrucijada, el primer instinto es comenzar a construir castillos en el aire de muerte y destrucción y es tal el miedo, que retengo los caballos ya casi desbocados consiguiendo enfurecerlos más... y me vuelve la palabra soltar. Sí, cuando consigo confiar lo suficiente en mi, respetarme y amarme tal y como soy tal y como siento sin juicios, entonces me atiendo de verdad, porque es lo que hay, es lo que en ese momento tengo, lo que soy.

Para mí es muy importante antes de abrirme a alguien tener claro las motivaciones que me llevan a ese acercamiento, dado que en muchas ocasiones es más un movimiento desesperado por dejar de sufrir, por quitarme el agobio, la angustia, la frustración de dentro que voy y te lo vomito... ahí no hay magia, no hay comunión... ni mucho menos.

Y ¿cómo se sostiene tanto malestar?, pues yo voy aprendiendo a hacerlo parándome, es como hacer un kit-kat en el que me digo: - Bueno espera un momento, hablemos... y entonces me pregunto qué es realmente lo que quiero, lo que busco con esa apertura que pugna por realizarse. La música es mi gran aliada ahora mismo, pongo música para el alma, de esa que te arrulla, te mece, te calma... me tumbo, me pongo las manos en el estómago o en el corazón, o en la cabeza, lo que pida más calorcito y cierro los ojos y me quedo conmigo, con lo que haya, no pasa nada yo estoy aquí conmigo...

Entonces surge lo más blandito, lo que necesita de verdad mis mimos, sale despacito medio tímidamente, confiando que lo escucho, me escucho y así consigo saber realmente qué necesito, y lo hago con tanto cuidado y tanto amor que cuando se lo comunico al otro, cuando te lo comunico entonces sí hay magia, porque me trato con el cuidado, respeto y amor suficiente para que tú me cuides, me respetes y me ames como sea que tu lo hagas.

El verdadero regalo es llegar a experimentar el amor puro que siento en ese momento por mí.

No hay comentarios: